Hace unos siete años comentaba con amigo sobre las relaciones que
se venían presentando al interior del Partido Acción Nacional: palabras más,
palabras menos encontrábamos tres grupos todos enfrentados unos con otros, los representantes del Yunque, los doctrinarios y los
advenidos al partido.
Encontrábamos diferencias en cuanto a la aplicación de principios
al interior de la institución, pero todos tenían un mismo fin. Así como lo dice
el librito: la consecución del poder para poder hacer de este país la nación
planteada en los estatutos del partido.
Comentaba en aquella ocasión que el problema del partido era un
problema ético que no habían podido resolver los diferentes liderazgos y que el
origen del atolladero venía de la obtención y el ejercicio del poder.
Por muchos años Acción Nacional y sus integrantes se acostumbraron
a ser oposición y no detectaron o no quisieron ver este problema en las
entidades en las eran gobierno. Se encontraron de pronto con un padrón que iba
creciendo en las entidades gobernadas sin filtros de por medio. El abultamiento
de los padrones obedecía a dos cosas, la primera a abrir puertas a individuos
que en sus partidos de origen no habían encontrado respuesta positiva para el
logro de candidaturas; la segunda al fortalecimiento de los grupos directivos
del partido en los estados.
Se que esto que ahora presento como problema para ellos en su
momento fue una solución ante la falta de cuadros directivos ejecutores del
poder público. No hubo preparación de cuadros y esto se convirtió en tierra
fértil para los advenedizos en tanto los intereses seguían creciendo con la
llegada al poder presidencial.
Llegaron a sumarse al ejecutivo federal intelectuales, académicos,
consultores sin construir una plataforma para la profesionalización del servicio
público y la aplicación a cabalidad de un servicio público de carrera en la
administración pública federal.
El problema ético por tanto se iba acrecentando a medida que
pasaba el tiempo en el ejercicio del poder. Aquellos problemas vistos en los estados
se presentaron de manera desproporcionada en el nivel central y sin hacer un
trabajo de formación de cuadros el partido muy pronto entro en la disyuntiva de
¿qué hacer para la preservación u obtención del poder? "nombrar a un
candidato de formación partidista con el que podemos perder la elección o bien
aceptar a fulanito de tal que viene de otro y que si puede ganar la
elección". Se presentaron asuntos en los que hubo mal manejo de
recursos en donde la disyuntiva otra vez ponía en entredicho la vulnerabilidad
del partido: "castigamos al infractor y con ello le damos una mala imagen
al partido de frente a las elecciones o lo dejamos pasar para no dañar a la
institución".
Este problema ético nunca fue resuelto y al final de los días es
decir los tiempos actuales estamos observando el resultado de aquella
falta de atención.
La vida así es los problemas se te presentan tal cual pero puedes
dejarlos de lado como si ellos no existieran porque al final los problemas los
vas a tener que solucionar solo que con costos distintos.
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